Las pulgas y las garrapatas no sólo son molestas y provocan pérdida de sangre e irritación en nuestras mascotas. Son también responsables de la transmisión de enfermedades potencialmente mortales. Algunas de estas enfermedades son:

Se transmite a través de garrapatas infectadas al perro a través de la saliva que se introduce en el hospedador cuando se alimenta. La transmisión puede producirse incluso dentro de las 12 horas siguientes a la fijación de la garrapata, aunque hay tener en cuenta que las garrapatas desde que se suben al perro, pueden tardar unas horas hasta fijarse y comenzar a alimentarse.

Una vez que la bacteria está en el interior del animal se disemina a tracés de la sangre y del sistema linfático hasta alcanzar órganos tan importantes como el hígado, bazo y ganglios linfáticos.

Inicialmente puede haber un periodo variable (entre 6 y 18 semanas sin signos clínicos; luego de esto los animales pueden presentar anemia y disminución del número de glóbulos blancos.

En la fase aguda de la enfermedad el animal presenta depresión, anorexia, fiebre, pérdida de peso, secreiones oculares y nasales, disena (dificultad respiratoria), aumento del tamaño ganglionar… e incluso a veces alteraciones neurológicas.

Si bien existe tratamiento, si este no es realizado a tiempo, las consecuencias pueden ser fatales.

De forma similar a la Erliquiosis, esta enfermedad se transmite principalmente por la picadura de garrapatas, aunque también puede transmitirse en forma directa en transfusiones sanguíneas.

El tiempo que transcurre desde la fijación de la garrapata hasta la transmisión de la enfermedad es más largo en el caso de la Babesia; en general tardan entre 48 y 72 horas en transmitirse tras la fijación de la garrapata.

La babesiosis puede presentarse de forma aguda o crónica:

Forma aguda: Entre los 10 y 21 días de la entrada del agente patógeno, el perro presenta fiebre, falta de apetito, diarreas, vómitos, problemas respiratorios y apatía.

Forma crónica: Fiebre intermitente, marcada pérdida de peso, alteraciones hepáticas (ictericia), alteraciones de bazo, incluso la muerte por shock.

Si bien también es transmitida por garrapatas, a diferencia de otras como la Erliquiosis o Babesiosis, no se da por la picadura: la transmisión se da cuando el perro -al rascarse- ingiere involuntariamente garrapatas infestadas.

Por lo tanto, no hay un periodo de transmisión desde la fijación, depende de que el animal ingiera las garrapatas infestadas.

En general, afecta a animales inmunosuprimidos y con otras enfermedades (como Erliquiosis o Babesiosis, por ejemplo). Los signos clínicos son muy variables y bastante inespecíficos como fiebre, deterioro del estado general y dolor generalizado, entre otros.

Las garrapatas no son sólo un problema estético, pueden transmitir graves enfermedades.

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